Un empleado que no recibe capacitación puede desarrollar baja autoestima, descúbrelo en este artículo.
En el factor de la autoestima cuando se brinda una capacitación planeada al personal, este tiende a sentir que son parte fundamental de la organización, se comprometen a trabajar de mejor manera ya que se les toma en cuenta y existe una preocupación constante por parte de los jefes de que sus elementos tengan armas suficientes para enfrentar la competencia de los mercados laborales.
Sin embargo es muy frecuente aún encontrar, que el desarrollo personal que todo individuo busca lograr en la vida, es truncado en muchas ocasiones por las empresas donde trabajan, pareciera que a éstas no les conviene que su personal se capacite y se desarrolle, sin darse cuenta que al corto plazo, tendrá impacto en la labor dentro de la misma empresa.
Hay organizaciones que siguen teniendo mucho interés en cumplir un horario fijo, aún cuando las labores no lo requieran, restringiendo el tiempo que los empleados pueden emplear en tomar un curso de capacitación, cursar algún diplomado, alguna maestría, una especialidad o incluso concluir la educación básica. Esto en muchas ocasiones origina una frustración para el empleado y en algunos casos incluso la renuncia al empleo, lo que se traduce en la pérdida de un elemento de alta calidad.
Se ha comprobado que las empresas que invierten en la capacitación constante -no como mero requisito burocrático- obtienen mejores resultados con base a las metas planteadas, motivando a su plantilla laboral y brindándole herramientas que aumenten su desempeño. Si las empresas ven esto como un gasto va a ser muy difícil que opten por la capacitación, pero si se considera como una inversión seguramente las organizaciones apostarán por capacitar a sus elementos.
Cuando la empresa busca evitar a toda costa que una persona se desarrolle, le genera al empleado una desconfianza, frustración y duda sobre su futuro en la organización y aún cuando sea un elemento interesante para la organización, este termina por bajarse del barco.
Con una autoestima alta a la empresa le será más fácil aplicar políticas y estrategias de funcionamiento, sin el temor de su gente a quedar fuera del proyecto, también podrá exigir mejores resultados e incluso innovar sus procesos, creando nuevas formas de producción que pueden catapultar a la organización dentro de su mercado.
Para el clima laboral lo mejor es que el personal tenga su autoestima en lo más alto, el pesimismo y la moral baja solo produce malos resultados lo que a la larga, se traduce en la pérdida de nichos de mercado para la compañía; recordemos que si bien el salario es una parte importante para los trabajadores no es lo único que los motiva.
También hay que tomar en cuenta que la labor de capacitación que no se realice en una organización, muy probablemente esté siendo capitalizada por otra empresa, es por eso que hay que definir a la capacitación no como una pérdida de tiempo o como un gasto innecesario, sino como una inversión que podrá brindarnos un desarrollo como empleado y como organización.
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César Cruz
Redactor Colaborador

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